Visitas

Image

El sentimiento inicial al vivir fuera de tu tierra natal se divide en dos momentos el primero es el deslumbrarte por todo lo que te rodea, haciendo que hasta los más pequeños rincones y más simples detalles, te parezcan maravillosos. Después de acostumbrarte a esto, llega el paso siguiente que es el de empezar a echar de menos aquellas cosas de las que te rodeabas en tiempos pretéritos y con las que disfrutabas en el día a día. Ambas cosas, tienen su lado bueno y su lado malo. Lo mejor del lado bueno, es cuando la familia o los amigos, deciden pillarse un billete (generalmente low cost, más que nada porque a mi más cercano aeropuerto no llegan otros vuelos) y pasar un par de días, o los que se tercien, visitándote. Para mí, esto es tal vez una de las mejores cosas de vivir fuera. Las visitas de los amigos y la familia.

Con los amigos de toda la vida, hay varias opciones como es el turismo clásico o el de “mira nosotros somos más de bares que de monumentos” con lo que te percatas de que la amistad de toda la vida, sigue estando en su sitio, redescubriendo aquellos garitos a los que sueles ir, pero con una perspectiva completamente distinta a la que solías. El legado que te dejan, además de fotos, recuerdos y mil historias más que hacer para la próxima visita, se materializa en manjares como las añoradas pipas con sal, jamón o los cinco tuppers de tu señora suegra llenos de croquetas.

Historias aparate, a menos de 24 horas para irme de vacaciones, el año ha sido muy bueno, pero lo mejor de todo, las geniales visitas de los amigos y familia, gracias a todos y ¡nos vemos en unos días por aquí de nuevo!

Saludos, cordiales…

Image

La verdad es que no me deja de sorprender el tema de los saludos y modales a los cuales no acaba uno de acostumbrarse. Hace pocos años en Dublín, unos amigos españoles me presentaron a una chica de Corea del Sur, a la cual en lugar de dar la mano (hasta ese momento, la mano sólo se la había dado al señor del Banco para saludarlo) le planté dos besos en la cara, acto seguido dio un salto y no paró de mirarme como un violador en toda la tarde, desde entonces estoy mucho más atento a cuando me extienden la mano…

Estas cosas, chocan entre los mediterráneos, curioso es cuando te presentan a una italiana, la cual no te extiende la mano (paso uno superado), te va a dar dos besos y en lugar de empezar por la derecha, te lo dan por la izquierda, te pilla con el gesto cambiado  y le plantas un pico, algo tan incómodo como darle dos besos a una coreana o darle a una suiza dos besos y que te diga que allí son tres, que te aproveches de la circunstancia,  cara de pardillo everywhere.

Llevar el sambenito de ser muy brusco, va con el de tener DNI español. Lo cierto es que el español es más directo que el inglés británico y eso se nota en la personalidad. Es rara la primera vez que alguien pasa a medio metro de ti y te pide disculpas (me imagino lo que se opina de este gesto en mi pueblo…) al final te acostumbras tanto que si alguien te pega un codazo en el bus en Italia y no te pide disculpas te parece hasta grosero….

Muy curioso me resultaba cuando al entrar en una tienda el/ la dependiente/a te preguntan que si estás bien, tras responder muy educadamente, me miraba en cualquier espejo por si tenía mala cara….o algo. Ahora para complicar la situación más aun, suelo ser yo el que lo pregunto al dependiente…por si acaso….

La verdad es que los británicos son en general muy silenciosos, sobre todo cuando van en el bus, porque el cuento cambia cuando cae la noche y se abre la puerta de la cerveza, como Expat 007 nos cuenta en la última entrada, entonces se transforman, dando paso a la fiesta que llevan dentro. Digno de ser admirado, sin lugar a dudas….

¡Saludos desde tierras del Mersey y hasta la próxima entrada amigos!

El As de Zanahorias

IMG_0584

Hola chic@s,

Es difícil hablar de las costumbres españolas que se convierten en raras o cómicas en el extranjero sin caer en los clichés o en los temas más conocidos: l@s español@s besamos las mejillas como saludo (sobre todo en el extranjero) pero nunca entre dos hombres, como si hacen los franceses. Los españoles (hablo de nosotros, los machos) nunca bailamos salsa hasta que salimos fuera de España y una guiri «alfredolandesa» nos pide una demostración práctica. Los horarios de alimentación de un español son únicos en el continente europeo, incluyendo a Portugal, y se ha visto a un español cenando a las 1 de la mañana en un restaurante con total impunidad, nocturnidad y alevosía…… y así podría seguir. Todos conocéis estos ejemplos tan trillados.

También los clichés que se tiene sobre los español@s en el extranjero son por tod@s conocidos. Nos va la chufla mas que a un tonto una piruleta (cierto). A veces dormimos la siesta (cierto también, no lo neguéis) y sumando dos más dos…. somos un@s vag@s. Esto ya no se si es del todo cierto.

¿Clichés por los que me han preguntado a lo largo de estos años…..? Una vez me preguntaron si sabía torear. Yo por supuesto dije que SI. Después añadí que todos los niños aprendemos a torear en clases especiales en la escuela mientras que las niñas aprenden a bailar flamenco. También dije que en las ciudades mas grandes de España había pequeños negocios de toreo en las principales calles. Cualquiera podía lanzar 2 euros en una ranura, vestirte con un traje de luces y torear 15 minutos a un toro…. llegué incluso a recomendar que buscaran este tipo de negocios en la Gran Vía de Madrid.

En otro momento me preguntaron si el metro de Madrid cerraba a la hora de la siesta. Yo dije que POR SUPUESTO, de 15h a 17h el transporte público de la capital de España estaba «cerrado por descanso».

Cómo os comentaba, todos estos ejemplos son harto conocidos, así que dejarme que os explique una pequeña conversación sobre una tradición española (llamarlo tradición, costumbre o cómo queráis) extendida por toda la piel de toro y sobre la que poc@s de nosotr@s cuestionaríamos su significado: LA BARAJA DE NAIPES ESPAÑOLA.

IMG_0578

Soy Valhermosino, siempre llevamos una baraja de naipes escondida dentro del calcetín (saludos al Chuski). A lo largo de estos años me han preguntado cientos de dudas sobre nuestra baraja. Se preguntan si es una baraja del tarot especial o una baraja para interpretar signos zodiacales. El palo de oros tiene toda la pinta de informar sobre el estado económico de una persona. Las copas informan del estado hepático del paciente y las espadas y los bastos….. bueno, aquí hay todo tipo de interpretaciones, desde las mas blancas hasta las mas groseras: muerte a manos de mosquetero, muerte a mandoble de rábano….

IMG_0579

Sobre los 4 reyes me han preguntado de todo, pero especialmente sobre el rey de espadas ¿Es este el dios griego de la guerra? y el de bastos ¿Es el enemigo de Papá Noel, fustigador de niños cual Herodes?, ¿el rey de zanahorias, pepinos, rábanos….?. Respecto al rey de bastos voy a reservarme las preguntas mas groseras y escatológicas.

IMG_0581Los 4 caballos dan mucho juego. Alguien me preguntó si eran los 4 jinetes del Apocalipsis. Por supuesto, el caballo de bastos es un caballero de ostentoso mandoble que ofrece un vasto abanico de interpretaciones (que bonito me ha salido). Un amigo indio me preguntó si el caballo de bastos era un jugador de polo….. aquí no supe qué contestar. Alguien me preguntó si se podían «conducir caballos» después de beber alcohol (caballo de copas, por supuesto).

IMG_0583

Curiosamente solo dos de las sotas llaman la atención. La sota de copas es, según se mire, un ofrecimiento de sangre humana al demonio Belcebú (aquí se les va la pinza a los guiris) o un pariente lejano de Tío Pepe. Alguien me preguntó si era el guardián, paladín y protector del Santo Grial. En cuanto a la sota de bastos…… chic@s, ¿vosotr@s que pensaríais de un hombre vestido con falditas y sujetando lo que parece un rábano gigante….? Un guiri avispado que conocía a los Reyes Magos me preguntó una vez si las sotas de la baraja española eran los pajes de dichos Reyes.

Alguien me llegó a decir que para jugar con nuestra baraja de naipes solo eran necesarias 10 cartas: el palo de copas. El juego era sencillo; se repartían boca abajo las cartas de copas entre los jugadores, y el que recibiera la carta mas alta (por ejemplo el 10 de copas) ganaba, mientras que los demás tenían que beber 10 chupitos de tequila. Por supuesto si alguien recibía el as de copas perdía y tenía que beberse dos litros de sangría.

Tradiciones, costumbres, clichés….. no podemos avergonzarnos de ellas, así que tenemos que intentar llevarlo con humor. Por eso yo beso siempre en las dos mejillas cuando se que el guiri conoce la tradición, ceno paella a las 7 de la tarde si hace falta, admito que la siesta es un problema nacional que ha sumido al país en la improductividad y la crisis económica…… y me bebo dos litros de sangría siempre que pierdo la partida.

Un abrazo chic@s y hasta la próxima entrada.

Apagario.

¿¡Crees que soy gi****llas!? vs (silencio y mirara caída)

Una de las cosas que más nos diferencia a mi forma de ver a los españoles y los Chilenos es el caracter a la hora de enfrentarnos a ciertas injusticias como consumidores. Aquí parece que el no estar de acuerdo con algo es más o menos un tabú y la gente se traga su ira frente a estas situaciones y simplemente lo deja correr. Esto causa que el servicio en general cada vez sea peor en este país y los precios de las cosas no paren de subir, y es que la frase «hasta aquí hemos llegado» no parece que esté arraigada por estas tierras.

En el día a día te encuentras con cosas como que al ir a un restaurante hay que pagar un 10% de propina. Esto es así por que según parece el sueldo de los camareros es paupérrimo siguiendo el modelo EEUU, pero hay una diferencia entre estos dos países. En EEUU el camarero sabe que su sueldo depende de un trabajo bien hecho y se esfuerza en dar un servicio exquisito al cliente independientemente del tipo de local en el que trabaje, yo en mi muchas experiencias culinarias en EEUU nunca he puesto mala cara al dejar mi propina de hasta el 20% en algunos casos, ya que siempre he encontrado un trato increíble por parte de los trabajadores.

En cambio en Chile (o Santiago por lo menos) la cosa es distinta, aquí por una ley no escrita parece que el «10% de pago voluntario» se ha convertido en una obligación y el servicio es de los peores que he visto en ningún lugar del mundo. Por otro lado si no dejas propina o dejas menos del 10% te miran como si te estuvieras yendo sin pagar. Pero claro, ahora en Chile un país próspero y con cada vez más inmigración, estas situaciones van siendo cada vez más habituales.

Un ejemplo del que quería hablar es el que me ocurrió ayer mismo. Habíamos contratado un día de esquí que incluía el transporte, el alquiler, el ticket y un pequeño almuerzo. La expedición que comenzaba a las 9  comenzó finalmente pasadas las 10 tras un retraso de 30 minutos del organizador y una incompetencia a la hora de organizar por parte de el mismo una vez llegó. Luego, tras un rato de viaje se hizo una parada por casi otra hora sin razón aparente en la que todos nos mirábamos con cara de incertidumbre ante lo que estaba pasando. Luego en las pistas no tenñian los tickets comprados y hubo que esperar otro tanto tiempo más, y finalmente, algunos almuerzos no estaban… es decir 0/5 fue la puntuación final para la organización.

En la expedición tanto los españoles como los argentinos pusimos la voz en el cielo quejándonos mientras el organizador se escondía y evadía, mientras chilenos y colombianos simplemente se resignaban y agachaban la cabeza sin decir nada, y esta actitud es la que normalmente tenemos por lo general en este país y dejamos llevarnos por ella y por no llamar la atención cuando nos encontramos en minoría no ejercemos nuestro derecho a recibir lo que hemos pagado.

Bueno, creo que está claro lo que se ha querido decir con esto… que mientras en España estamos acostumbrados a exigir por estas pequeñas cosas, aquí todavía no existe esa cultura, sin embargo, cuando nos vamos a una escala mayor, la cosa no es tan diferente o… ¿Quién hace algo frente a la crisis en la que nos encontramos sumergidos?

La albión es pérfida por algo

Es curioso como los españoles tenemos fama de corteses y amigables pero esa impresión se viene abajo en el segundo en el que vas a saludar a una mujer dándole dos besos y te mira como si la fueras a violar en público allí mismo.

Algunas costumbres españolas son de perogrullo. Si estás en el trabajo y te cruzas con un compañero en el pasillo, le dices «hola». Al tercer compañero que no te devuelve el saludo se te enciende la bombilla: «los londinenses son unos siesos».

Siesos o no, son el país de los buenos modales, por eso resulta chocante que nuestra reputación de amable buena gente se traduzca al inglés como «ruidosos maleducados». Nada más ruidoso que un inglés borracho, y es que ellos llevan sus demonios escondidos tras una puerta que se abre con cerveza, y nosotros somos los mismos sobrios o bebidos. El que es bueno es un bonachón cuando se emborracha, y el que el gilipollas se vuelve más gilipollas todavía tras un whisky.

Una de esas costumbres caballerosas españolas, según se me enseñaron, era pagar la consumición a la dama. En España, en su día, eso era quedar como un Señor. En Inglaterra, eso era quedar como un machista condescendiente y dominante. Pronto aprendí a pedir permiso para invitar. Ciertamente es mucho más elegante.

En cualquier caso, estas costumbres de cortesía se navegaban bien en Reino Unido una vez que aprendías las muletillas: «te voy a dar dos besos porque soy español y quiero honrar nuestras costumbres». De repente te convertías en exótico y educado a la vez. Buena combinación. O la de «con tu permiso, me gustaría invitarte»… Elegante y caballeroso. También es una combinación interesante (sobre todo para la dama en cuestión).

Yo siempre digo que me volví español en el Reino Unido, a base de echar de menos las tapas, las terrazas, los abrazos, los dos besos, y el jolgorio que los españoles sabemos montar. Al fin y al cabo, la vida está para celebrarla, y los españoles hacemos muchas cosas mal, pero esa en concreto la tenemos dominada a la perfección, y por eso los ingleses y alemanes bajan al país de los ruidosos maleducados en cuanto pueden y, si tienen ocasión, se quedan encantados.

¿Me pone un codillo con chucrút?

Ola amig@s,

estoi de acuerdo con la premisa del espat 007 sovre la pregunta «¿ijo, comes vien?» de 1 madre. La pregunta esta mal fornulada. Una pregunta asy puede conyebar a error en funcion del contesto en el ke se leía. Pero me gustaria dedicar este post culonario tambien a los correktores profesionales k dicieron la semana pasada que mi nibel de espanyol (mi lengua materna y paterna) escriviendo y corrijiendo es del 52%. Muxas gacias por decirme a mi la idea para esta entrada.

Perdonar por la pequeña broma, pero esa crítica mordaz a mi forma de escribir y corregir textos escritos en mi lengua materna me llegó al alma.

Hablar de comida (o mejor dicho, alimentos) en Europa no tiene ningún misterio. Si África comienza al sur de Los Pirineos, las buenas comidas (o los buenos alimentos) escasean al cruzar de vuelta dichas montañas, con la excepción claro está, de Francia.

Para un Valhermosino como yo, que ha probado la culebra a la sartén en el Señorío de Molina, las viandas europeas no son nada que no se puedan degustar con la suficiente cantidad de alcohol y almax.

El aceite de oliva en Alemania es caro (e italiano). Como decía Expat 007 muchos lugareños se escandalizan cuando nos ven freír en aceite de oliva las patatas para nuestra tortilla, pero no tienen reparos en añadir medio quilo de mantequilla sólida a la sartén para cualquier plato, ya sea carne, sopa o una triste ensalada (doy fe).

Por supuesto hay pequeños problemas de aprovisionamiento y logística. El Cola Cao no es un invento que tomaran los negritos del África tropical, sino mas bien algo consumido en España y poco mas. El jamón (otro sucedáneo italiano) se vende a precio de Porsche y conseguir un plato de «pescaíto frito» puede ser una odisea. Por suerte podemos tomar turrón y polvorones cuando volvemos a casa, eso si, por Navidad.

Sabiendo todo esto, los expats en Frankfurt (y Alemania) tiramos de nuestros bares favoritos. Siempre hay una casa regional, o un centro cultural en el que se puede decir eso de «se come como en casa». Nunca, REPITO nunca os dejéis engañar por ciertos bares de diseño, da igual el país, que se anuncien a bombo y platillo como bares de tapas con nombres tan sugerentes como «España cañí», «La Tapa», «Tapas Bar», etc. Es un engañabobos a precio de 25 euros el plato en el que la única idea que tienen sobre las tapas es una imitación «a la huevina» de nuestro plato estrella, y encima sin cebolla (ingrediente fundamental de una tortilla aunque curiosamente desterrado en el extranjero).

La segunda opción son las tiendas de alimentación que algunos compatriotas han establecido en sus lugares adoptivos. Son los lugares adecuados si un día te despiertas con una morriña del 15 y pensando en meterte entre pecho y espalda un bocata de calamares, un lacón con grelos o medio brazo de lomo embuchado.

Por suerte, ambas cosas están disponibles en Frankfurt.

Para los cocinillas, siempre queda una de las opciones mas ingeniosas y divertidas: «la combinación culinaria». Se trata de combinar en un solo plato lo mejor de ambos mundos. Un ejemplo es la Tortilla de Maultaschen. Si alguien tiene especial interés, por el precio de 500g de jamón, y varias latas de café Marcilla invito en mi casa a probar tan delicioso manjar.

Siempre me gustó cocinar, no solo me divierte, sino que me pica eso de crear nuevos platos. Todos los países en los que he vivido han sido testigos de mis pequeñas pruebas, desde Tortillas de Patatas, pasando por la receta familiar de los huevos verdes, las migas molinesas, los champiñones rellenos, la sepia al vino blanco y pimentón o la trucha con patatas y jamón. Por supuesto los primeros pinitos no siempre fueron comestibles. Recuerdo una de mis primeras recetas: espaguetis al vino blanco. 2 ingresados en el hospital y 5 borrachos con vinote del malo fueron algunas de las consecuencias de esa receta pionera en muchos sentidos.

¿Pero que podemos encontrar en este primer mundo alemán para alimentarnos (que no para comer)?

Las especialidades alemanas pasan por un amplio surtido de salchichas, abundante cerveza (tostada, de trigo o pils) y alguna que otra especialidad local, como el codillo, una «salsa verde» con cientos de especias, un sucedáneo de sidra llamado Apfelwein al que tienen que añadir gaseosa para poder beber (sin diluir se utiliza como abrillantador de metales) o los Spätle (mis preferidos, aunque no puedo dar una explicación racional del por qué).

Para los curiosos y los nostálgicos expats que se estarán relamiendo….. aquí unas fotos de algunas de mis creaciones:

ImagenImagen