31 de octubre de 2012. 09:00 a.m. Conversación mantenida por Skype (o «Esquipe»):
– Buenos días, ¿qué haces? –
– Pues me acabo de levantar mamá. –
– ¿Y qué haces? –
Dudo en este momento si decir que intento hacer un doble tirabuzón desde mi balcón…. aunque no creo que coja la indirecta.
– Pues lo que hacen las personas normales al levantarse. –
– Ah bueno. Pues ten cuidado si hoy sales con la bicicleta que hoy es «gualoguín». –
– Mamá, ¿que dices? ¿estás comiendo? – En este momento se abre una ventanita en la que mi madre procede a escribir. Me resulta curioso, si estuviera usando un teléfono de los antiguos seguro que volvería a repetir la frase pero con un tono de voz mas alto, pero su conocimiento de «esquipe» no incluye asociarlo a un teléfono, sino a un ordenador, ese cacharro en el que puedes escribir, así que da por fallida la conversación telefónica para cambiar a la escrita.
– Te digo que tengas cuidado si sales con la bicicleta porque hoy es «gualoguín».-
Lo escribe así, tal cual, fonéticamente….. pero son las 9 de la mañana, y yo todavía soy incapaz de pensar en fonemas.
– Mamá, hablo 4 idiomas y esa palabra no me dice nada, no me suena. ¿Qué tratas de decirme? ¿estás teniendo un ataque cerebral? –
– ¡Ay hijo! Te digo que hoy es eso de las brujas, y que tengas cuidado con la bicicleta. –
¡CLAAAAARO……..HALLOWEEN! ¿Cómo no lo habré entendido la primera vez? Entonces me asalta una duda existencial. ¿por qué dirá mi madre que el día de Halloween tengo que tener cuidado con la bicicleta? ¿Será que al montar en bicicleta y no en escoba piensa que me van a linchar por la calle? ¿Y por qué ese interés repentino por las brujas? Podría decirle que me cruzo con brujas (con y sin escoba) todos los días y que nunca se ha preocupado por mi interacción con ellas….. pero seguro que tampoco entendía la ironía de mi broma.
– Vale mamá, tendré cuidado. Además, ya he dejado mi calabaza decorativa en el balcón y he comprado «chuches» para los vecinos molestos.- Así se quedará tranquila y me dejará desayunar en paz. Imagino a mi madre pensando en su hijo, en un país extraño que confundió una vez con Polonia (vivo en Frankfurt) asaltado por brujas montadas en escoba que solo salen a la calle una vez al año.
– ¿Qué dices de calabazas y «chuches»? ¡Si hoy es lo de las brujas, el «gualoguín»! –
A veces me asombra que algo que nosotros damos por trillado (ordenadores, internet, software de comunicación, etc) se haya adaptado tan bien a la generación de nuestros padres…. porque lo que si que es seguro es que esa generación no se ha adaptado tan bien a estos conceptos modernos. Y es curioso que sean solo las madres y no los padres los que establecen comunicación telefónica sin descanso con sus hijos cuando estos se encuentran fuera del país. Y es esa comunicación la que a veces proporciona historias curiosas:
Algún día de abril de 2013. 09:00 a.m. Conversación telefónica entre un movil español y uno alemán:
– Hola, ¿qué haces? –
– Desayuno. – Digo mientras me quito una legaña.
– Mira que bien. Te mandé ayer una foto por «guasón» de los rosales del pueblo. ¿la has visto? – Esta vez identifico las palabras clave. «Guasón» significa «whatsapp». Rosal hace referencia a algún tipo de flor…. una foto hecha en mi pueblo de alguna flor. Foto que se envió después por whatsapp a alguien, desde luego no a mi, Dudo si explicarle por enesima vez que no tengo un movil de esos que reciben «guasones».
– Pues no la he visto, básicamente porque creo que olvidas que yo no puedo recibir «guasones». –
– ¡Anda! ¿y cómo te la podría mandar para que la vieras? – Yo no tengo muchas ganas de ver una foto de una flor, la verdad….. pero intento tirar del hilo a ver cuánta información tecnológica puede aguantar el cerebro de mi madre….. puede que sea mi alma científica intentando experimentar…. o puede que sea así de cabroncete.
– Pues verás mamá. Si tu teléfono puede enviar «guasones» seguramente puede enviar también Emails. –
Silencio. Ruido de engranajes.
– Si, pero ¿como paso la foto del teléfono al ordenador? –
Silencio. Intento seguir su lógica…. lo consigo.
– No hace falta. ¿Tu no has leído a veces tus Emails con tu teléfono móvil? – (intento buscar un ejemplo que haya utilizado). – ¿Y no has enviado a veces Emails con tu teléfono? –
– Si claro, a tu hermana, y a tu prima la de Cuenca, y el otro día a esa hija de una amiga que hizo conmigo los estudios de mecanografía, una que estudió la carrera de navales….. – Tengo que parar esto, son solo las 9 de la mañana.
– Pues mamá, escucha, para un momento… la foto…. En tu movil buscas la foto de las flores. Luego en opciones (o como se llame) pinchas en «enviar como Email» y pones mi dirección de Email. ¿Lo tienes? –
– Vale, ahora te mando la foto. –
Ni que decir tiene que no recibí nunca la foto. Pero seguramente hay alguien en China que recibió una foto de unos hermosos rosales de mi pueblo…..
10 de junio de 2013. 21:00 p.m. Conversación telefónica entre un móvil español y uno alemán:
– Hola ¿qué haces? –
– Pues salgo ahora del cine, ¿que ocurre? –
– Mira que bien, como te cuidas. Oye mira (difícil a través de mi viejo móvil) ¿que contraseña tienes en «gugel»? Es que hemos encendido «gugel» y nos pide un usuario y una contraseña. –
– Mamá ¿qué dices? ¿Intentas de nuevo colarte en la web de la NASA? Mira que aquellos señores tan amables de la Embajada Americana en Madrid ya te dijeron que eso no debías hacerlo otra vez. – Bromeo mientras pienso en qué narices me está diciendo….. entendí palabras claves como «gugel» (Google), «encender» y «contraseña»… pero no tengo ni idea de su pregunta. Ahora soy yo el que escucha ruido de engranajes en mi cabeza….. Ella, como buen interlocutor, me amplia la información.
– Me pide una contraseña al encender el «gugel». – (Amplísima información).
– Eeeesssstoooooo….. Mamá, yo estoy a 3000km de distancia y no se que estás haciendo. ¿por qué no esperas a que llegue tu hija a comer a casa mañana y le preguntas a ella? –
Buena idea….. le cuelgo el marrón a mi hermana y que sea ella la que intente averiguar qué ha ocurrido esta vez con el ordenador. Viendo que el tonto de su hijo no sabe arreglar un «gugel» estropeado decide acabar la conversación sin preguntar mas.
– Bueno vale, esperaremos….. ¿pero ella sabrá la contraseña? –
– Por supuesto. – Digo sin tener ni idea de cual es el problema (pobrecita mi hermana…. es una santa).
Es curioso que las madres llamen a sus hijos un día tras otro cuando están fuera de casa. Es esa naturaleza latina (y mas concretamente española) la que hace que necesiten reunir información cada 24h de la posición GPS de sus hijos, sus avances en aquellos países (Polonia, Alemania, qué mas da), si se alimentan bien (quieren el menú completo de lo que hemos comido) y si tienen ropa limpia en el armario.
Con las nuevas tecnologías es mas sencillo que una madre deje comentarios en nuestro facebook, nos envíe una receta de Arguiñano por «guasón» o haga comentarios en nuestro twitter…. o debería ser mas sencillo….. aunque eso si, en mi caso, es mucho mas divertido.
Un abrazo chic@s y hasta la próxima entrada.